Tabla de contenidos
< Todos los temas
Imprimir

MATEO 6

MATEO 6

1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que estáen los cielos.
2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3 Mas cuando túdes limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensaráen público.

Jesús y la oración

(Lc. 11.2-4)

5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que estáen secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensaráen público.

7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de quécosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. 9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, asítambién en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. 14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonarátambién a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonarávuestras ofensas.

Jesús y el ayuno
16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que estáen secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensaráen público.

Tesoros en el cielo

(Lc. 12.32-34)

19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21 Porque donde estévuestro tesoro, allíestarátambién vuestro corazón.

La lámpara del cuerpo

(Lc. 11.33-36)

22 La lámpara del cuerpo es el ojo; asíque, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estarálleno de luz; 23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estaráen tinieblas. Asíque, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

Dios y las riquezas

(Lc. 16.13)

24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborreceráal uno y amaráal otro, o estimaráal uno y menospreciaráal otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

El afán y la ansiedad

(Lc. 12.22-31) 25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, quéhabéis de comer o quéhabéis de beber; ni por vuestro cuerpo, quéhabéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por quéos afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistióasícomo uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no harámucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Quécomeremos, o québeberemos, o quévestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Asíque, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerásu afán. Basta a cada día su propio mal.

El juzgar a los demás

(Lc. 6.37-38, 41-42)